Lo que haga cada uno con sus propiedades es asunto privado, hasta que de repente uno se encuentra con esta gran “obra de ingeniería” y decide que un arte como ésta no debe pasar desapercibido. El protagonista de esta historia es un pequeño tractor-cortacésped al que su dueño, seguramente siguiendo una importante aficción por los deportivos o algún tipo de desequilibrio, decidió prepararlo para homenajear al Porsche 911 Carrera. De ahí nació el cortacésped Porsche, un auténtico “bólido” para recorrer el campo rebajando la hierba, y si nos descuidamos hasta “El infierno verde”.
Sobre un cortacésped Partner con motor de 14.5 Cv (lo dicho, a Nürburgring de cabeza) y transmisión hidrostática, este hombre pintó el invento de los colores clásicos de Porsche, blanco “Grand Prix Weiss” para la carrocería y rojo “Idischrot” para la tipografía y para las “llantas”. Tampoco dejó sin retocar la estética del motor, pintándolo de amarillo, ni tampoco el logotipo de la marca, incrustado en el centro del poco deportivo volante.
Mecánicamente, no dudó en añadirle una salida de escape en acero inoxidable, a todas luces indispensables para ofrecer un sonido de competición, así como un cuentarevoluciones tomado de un filtro de aceite de un 911. Ante la posibilidad de que tal invento sufra un incendio, también le ha añadido un pequeño extintor de fuego.
Teniendo en cuenta que Lamborghini nació como marca fabricando tractores y que Porsche produjo algunos en los años cincuenta, igual hasta le toman hasta la idea.
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